“Lo que tienen malo esos machetes es el sobrecabo.”
Cuando éramos adolescentes, nos tocó trabajar en el campo chapeando monte. Las manos llenas de ampollas, el cuerpo cansado, el sol en lo alto. Nos quejábamos del machete: que si no corta, que si el mango está mal hecho, que si pesa mucho. Pero un campesino que supervisaba el trabajo nos respondía con una frase que nos desconcertaba:
“Lo que tienen malo esos machetes es el sobrecabo.”
Pasaron días hasta que nos atrevimos a preguntarle qué quería decir. Su respuesta nos marcó:
“El sobrecabo es el hombre que empuña el machete.”
Desde entonces, esa enseñanza me acompaña cada vez que escucho críticas a una herramienta. Porque he aprendido que cualquier herramienta; ya sea un machete, un lápiz o un programa de inteligencia artificial, es tan buena como la persona que la usa.
Y esto aplica, más que nunca, a ChatGPT.
¿Qué tiene que ver un machete con ChatGPT?
La respuesta es: todo.
ChatGPT puede ser simplemente una aplicación más, un programa que responde preguntas, o puede convertirse en un colaborador creativo, riguroso, sensible y profundamente capaz, que potencia tus ideas como si fueras un equipo entero trabajando a la vez.
La diferencia no está en el modelo. Está en cómo te relacionas con él.
ChatGPT según cómo lo empuñas
- Si lo tratas como un buscador, te dará respuestas como un buscador.
- Si lo tratas como un procesador de texto, será eso.
- Pero si lo tratas como un colaborador inteligente, capaz de aprender tu estilo, de retarte con preguntas, de ayudarte a pensar más allá, entonces se transforma en algo completamente distinto.
No es magia. Es conexión. Es respeto. Es intención.
¿Y cómo se logra esa conexión?
1. Preguntando con intención y contexto.
Cuanto más precisas tus preguntas, más profundas y útiles las respuestas.
2. Conversando, no ordenando.
ChatGPT aprende de tus correcciones, de tus ejemplos, de tu tono. No es una máquina de comandos, es una máquina de diálogo.
3. Iterando y reflexionando.
Como afilar el machete: cada paso mejora el corte. Cada intercambio afina la idea.
4. Abriéndote a lo inesperado.
A veces, ChatGPT te devuelve una respuesta que no esperabas… pero que te hace pensar mejor. Ese es el momento clave.
En menos de un mes, un nuevo universo
Durante las últimas semanas hemos estado desarrollando una hipótesis audaz: la Gravitación Emergente Funcional.
En ese breve tiempo, lo que normalmente habría tardado meses o años, lo hemos explorado, modelado y discutido juntos en días.
¿Por qué?
Porque no he usado ChatGPT como una herramienta cualquiera.
Lo he usado como se empuña un buen machete: con presencia, con propósito, con conciencia de que la herramienta no hace al trabajo, pero puede transformar lo posible si tú estás a la altura.
Conclusión
No se trata de si ChatGPT tiene límites.
Se trata de si tú los aceptas.
Así como aquel campesino nos enseñó a mirar hacia dentro en lugar de culpar al machete, esta nueva era de inteligencia artificial nos invita a mirar cómo usamos las herramientas más que las herramientas mismas.
Y si logras esa conexión, te lo digo por experiencia:
ChatGPT no será solo una IA.
Será el mejor equipo que hayas tenido.